Cuando se trata de nadar de forma segura, Stephen Little tiene mucho que decir.

Y cuando se trata de la seguridad eléctrica en piscinas, tiene muchas más opiniones aún.

Little, que dirige Poolwerx Palm Desert y es un firme sostenedor de la seguridad en las piscinas, dijo que los propietarios “quedan absolutamente pasmados de su peligrosidad” cuando descubren los riesgos eléctricos potenciales de no contratar a profesionales autorizados para realizar inspecciones anuales de sus piscinas.

“En mi experiencia, los propietarios suelen expresar una enorme sorpresa porque pueden ser bastante pasivos [acerca de las inspecciones]”, dijo Little.

Evitar esta pasividad en cuanto a la seguridad eléctrica de las piscinas, spas y jacuzzis es, según Little, el primer paso en la prevención de lesiones y al menos 21 electrocuciones que la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo afirma se registraron en piscinas desde el año 2002.

“Las inspecciones anuales de electricistas o contratistas autorizados son esenciales cuando se trata de la seguridad eléctrica en piscinas”, dijo Paul Jeske, director del Departamento de Salud y Seguridad Corporativa de Southern California Edison. “Los propietarios de piscinas o el personal de limpieza nunca deben llevar a cabo estas inspecciones eléctricas”.

Little, un contratista de piscinas con autorización del estado y casi 20 años de experiencia, ha inspeccionado miles de piscinas, especialmente en el Valle de Coachella, Redlands y San Bernardino, y dice que los problemas más graves que encuentra en su trabajo son interruptores del circuito con descarga a tierra (en inglés, Ground Fault Circuit Interrupters o sus siglas GFCI) defectuosos o, peor aún, inexistentes y equipo sin vinculación eléctrica (lo que en inglés se conoce como bonding).

El contratista destaca que las inspecciones como las que realizan él y otros profesionales autorizados son la mejor solución para asegurarse de que “todos los componentes metálicos del vaso de la piscina estén vinculados eléctricamente y conectados a tierra” y que los propietarios tengan “GFCI operativos y en buenas condiciones de funcionamiento” que interrumpirán automáticamente la corriente eléctrica en caso de detectar un problema eléctrico.

En cuanto a su reacción al no encontrar un GFCI, tal como le ha sucedido unas 24 veces, Little es terminante con los propietarios.

“Inmediatamente desconectamos la corriente a las luces de la piscina y les decimos que tenemos que solucionarlo o que ellos tienen que contratar a un profesional autorizado para solucionarlo, pero si encuentro esta situación, nunca me voy sin resolverla”, dice.

En cuanto a las luces subacuáticas de la piscina, para las que un GFCI es realmente vital a fin de garantizar la seguridad de los nadadores, Little tiene otra recomendación importante, alentando a todos los propietarios con luces de 110 voltios o más a cambiarlas por luces de 12 voltios “que iluminarán muy bien la piscina pero reducirán drásticamente los peligros”.

Otro peligro externo que Little, al igual que todos los expertos en seguridad, desaconsejan es la presencia de dispositivos o aparatos electrónicos alrededor de la piscina. Los profesionales creen que únicamente los aparatos que funcionan con pilas deben utilizarse alrededor de una piscina y, cuando esto no es posible, los aparatos electrónicos deben mantenerse a una distancia de 20 a 30 pies del borde del agua.

Una tendencia reciente que pertenece a la categoría de objetos a no usar cerca de la piscina son las luces colgantes externas. 

“He notado un aumento en el uso de luces colgantes. Por ejemplo, gente que compra tiras de luces de 110 voltios y las cuelga sobre la piscina como elemento decorativo en sus jardines”, dice Little. “Y lo primero que pienso es, vaya, eso es simplemente un cable de extensión y si se rompe y cae en la piscina, todos los que estén adentro [correrán un gran riesgo]”.

Little, un gran sostenedor de la natación segura como fundador y presidente de Swim to Win y miembro del consejo de administración de USA Swimming Foundation, se siente alentado por las nuevas leyes relativas a la protección personal con GFCI y por la disponibilidad de luces de bajo voltaje, sin embargo él y Jeske estarían mucho más conformes si aumentaran las inspecciones anuales de las piscinas.

“Los accidentes eléctricos en una piscina, spa o jacuzzi son 100 por ciento prevenibles con inspecciones anuales a cargo de un electricista o contratista de piscinas autorizado”, dijo Jeske. “Animamos encarecidamente a nuestros usuarios a que las hagan”.