Estufas de inducción: más rápidas, más saludables y más eficientes
¿Qué es más seguro, rápido, saludable y eficiente energéticamente que una estufa a gas y exponencialmente mejor que la estufa eléctrica con quemadores en forma de espiral de tu abuela?
Las estufas de inducción generan calor mediante el uso de campos magnéticos, que calientan directamente los utensilios de cocina compatibles. ¿Cuáles son estos utensilios? Si un imán se pega al fondo de tu olla o sartén, es compatible.
Gracias a su rápida reacción y su control preciso de la temperatura, las estufas de inducción ofrecen una cocción eficaz que requiere de una ventilación mínima. Pueden hervir agua en cuestión de segundos, son fáciles de limpiar, no tienen llamas peligrosas y sus superficies permanecen frías al tacto.
“La mayoría de las personas no se dan cuenta de lo seguras que son las estufas de inducción en comparación con las estufas a gas y de resistencia eléctrica, las cuales pueden alcanzar los 750°F, incluso después de apagadas”, dijo Andre Saldivar, ingeniero principal de Southern California Edison, quien dirige el Foodservice Technology Center (Centro de Tecnología Gastronómica) de SCE en Irwindale.
“Además, los quemadores de inducción no se calientan si no tienen una olla o sartén encima y se apagan automáticamente al retirar los utensilios de cocina”, dijo Saldivar. “En lo que respecta a la seguridad, realmente no hay nada que se les compare”.
Debido a que la fuente de calor son los propios utensilios de cocina, las estufas de inducción consumen aproximadamente tres veces menos energía que las unidades a gas y entre un 5% y 10% menos que las unidades convencionales de resistencia eléctrica, según informa energystar.gov.
Las estufas a gas desperdician hasta dos tercios de la energía consumida, la cual se transmite al aire y a la superficie de la estufa. Esto constituye una desventaja considerable, especialmente para los cocineros que trabajan en cocinas comerciales, muchos de los cuales están optando por las unidades de inducción para una mejor experiencia.
“Seguramente, cuando ves los 20,000 BTU que producen las llamas y el fuego de una cocina profesional de alto costo, resulta fácil equiparar eso con una buena experiencia de cocina”, dijo la cocinera Rachelle Boucher, directora principal de experiencias y eventos culinarios de la Building Descarbonization Coalition (Coalición para la descarbonización edilicia), una organización no lucrativa que busca eliminar los combustibles fósiles de la construcción.
“Pero incluso una unidad de inducción muy básica ofrece el equivalente a más de 20,000 BTU”, dijo Boucher. “Y a diferencia del gas, dado que aproximadamente el 90% del calor se utiliza para cocinar, los cocineros y otras personas con las que trabajo se sorprenden continuamente de la velocidad, la potencia y el control que brinda la tecnología de inducción”, dijo.
Alrededor del 70% de los hogares de California usan gas natural para cocinar. Sin embargo, cada vez hay más pruebas científicas que demuestran los riesgos a la salud asociados con las estufas a gas.
Numerosos estudios han demostrado que las estufas a gas emiten contaminantes peligrosos que agravan las enfermedades respiratorias como el asma. Otras investigaciones emergentes indican que las estufas a gas pierden benceno, una sustancia cancerígena, incluso cuando no están en uso.
Según un estudio publicado el año pasado, las estufas a gas de Estados Unidos emiten 6.2 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, lo que produce un impacto climático comparable a las emisiones de CO2 de 500,000 automóviles a gasolina. Incluso cuando están apagadas, las estufas a gas de EE. UU. pierden otros 2.4 millones de toneladas de metano al año, uno de los gases de efecto invernadero más potentes.
Gracias a la inducción, estas estufas se están convirtiendo en una opción viable, y más de 70 ciudades y condados de California tomaron medidas para prohibir o desalentar las instalaciones a gas en las nuevas construcciones o bien adoptar códigos de construcción con infraestructura totalmente eléctrica. Las buenas noticias son que el movimiento se propagó a nivel nacional, ya que Nueva York promulgó la primera prohibición estatal sobre el uso de combustibles fósiles en las nuevas construcciones de Estados Unidos.
“Creo que los gobiernos de todo el país ahora entienden que reducir el uso de hidrocarburos en los hogares y las empresas ayuda a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y les permite a las personas ahorrar energía y dinero, además de disfrutar de una vida más saludable”, dijo John Shipman, director principal de educación y capacitación laboral de Franklin Energy.
“Y para quienes cocinan en casa, la comodidad de pasar menos tiempo en una cocina caliente y poder llevar un buen plato a la mesa con una limpieza mínima es una gran ventaja”, agregó Shipman.
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